En la
actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que no
existe la suficiente información para determinar que los teléfonos móviles o
las antenas de telefonía móvil tengan consecuencias adversas para la salud. "Ninguna investigación reciente ha demostrado
que la exposición a los campos de radiofrecuencia de los teléfonos móviles o a
sus estaciones base, cause algún efecto adverso a la salud", señala un
comunicado de la OMS
que pretende desmentir algunas informaciones aparecidas en los medios de
comunicación en los últimos tiempos.
Que los campos
electromagnéticos podrían ser causa de cáncer, por el momento, no es posible de
determinar. Estas informaciones fueron principalmente
impulsadas a raíz de la aparición de cuatro casos de cáncer entre los alumnos
de un colegio de Valladolid (España), que han sido achacados a los campos
electromagnéticos emitidos por varias antenas de telefonía móvil instaladas en
un edificio cercano.
Los campos electromagnéticos son fenómenos
naturales, es decir, en la atmósfera existen cargas eléctricas que los generan
y a los que estamos sometidos permanentemente (por ejemplo, el Sol y las
estrellas emiten radiación de baja densidad). Pero a estos campos eléctricos y
magnéticos naturales deben agregarse los creados por el hombre (identificados
como artificiales), y los cuales son generados por maquinaria industrial,
líneas eléctricas, electrodomésticos y otros. Su radiación es mucho más débil
que los campos electromagnéticos naturales, pero la combinación de ambos tipos
nos expone diariamente a una dosis mayor.
Por otra parte, la radiación de frecuencias bajas se consideraba inofensiva.
Sin embargo, hay varios estudios científicos que demuestran que pueden producir
cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando
los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría
tener efectos biológicos importantes y originar disfunciones como: insomnio, trastornos de atención y memoria, hipertensión,
variaciones en ritmo cardiaco y aparatos que lo regulan (marcapasos), ojo seco
y visión borrosa, alteraciones neurológicas y del aparato reproductor,
entre otras. Pero insistimos, todo está
en estudio y llevará algunos años mas tener un panorama mas certero acerca de
los efectos de las radiaciones en el cuerpo humano, sobretodo con la
posibilidad de tener relación con ser desencadenantes de un proceso
cancerígeno.
Uno de los temas en estudio es el impacto de los campos
electromagnéticos en el origen de gliomas, un tipo maligno de cáncer cerebral.
Se ha detectado, por diversos estudios, un incremento del 40 % en el riesgo de
gliomas entre los usuarios más frecuentes de celulares, es decir, los que los
empleaban de media treinta minutos al día en un período de diez años. Otro tipo
de cáncer en estudio es el que se podría generar en el nervio auditivo.
La IARC (Agencia
Internacional para la
Investigación del Cáncer) es parte de la
OMS. Esta organización, coloca a los
celulares en una categoría de elementos que pueden aumentar el riesgo de cáncer
en seres humanos. En dicha categoría además hay sustancias químicas,
exposiciones laborales y agentes físicos y biológicos. Christopher Wild,
director de la IARC,
añadió que: "dadas las potenciales consecuencias de estos resultados y de
esta clasificación para la salud pública, es importante que se investigue más a
largo plazo el uso intensivo de celulares". A falta de esa información, es
importante tomar medidas pragmáticas para reducir la exposición a aparatos como
los manos libres o de envío de mensajes de texto", agregó Wild.
Un artículo del Diario Clarín publicado el 24 de mayo de este año acerca de este tema, también dice que los especialistas mantienen distintas posturas, y todo está entre evaluaciones y debates. Dicho artículo pone como “quid de la cuestión” la incógnita si las ondas de radiofrecuencia que emiten los teléfonos celulares (los microondas y los radares también) pueden producir cáncer, especialmente cáncer de cerebro, en los usuarios. Además menciona que esta discusión ha tenido repercusiones en todo el mundo y en muchos lugares se llevan a cabo diferentes investigaciones. Como por ejemplo en España se puso en marcha un proyecto (que se conoce como Mobi-Kids), que pretende evaluar la posible asociación entre la exposición a los celulares y el riesgo de padecer tumores cerebrales en población infantil y adolescente.
¿Qué dicen las empresas de telefonía móvil?
Un grupo de empresas del sector de la telefonía móvil ha
cuestionado los resultados dados a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La Asociación Internacional
de la Industria
de Telecomunicaciones Inalámbricas, la CTIA, rechazó de lleno los resultados. Según la
misma, el resultado “no significa que los teléfonos móviles provoquen
cáncer”, dice el escrito, y destaca además que no se hallaron pruebas fehacientes que vinculen los teléfonos
móviles con el cáncer, como para hacer un planteo de semejante magnitud.
¿Y los especialistas que postura tienen?
La oncóloga María Cristina Zabala también dice que la investigación de la OMS no afirma sino que da una probabilidad del daño que puede ocasionar el uso de telefonía móvil, pero se debe tener presente que la radiación, en cualquiera de sus grados, altera los tejidos del cuerpo y causa alteraciones en la salud. Esta profesional aconseja a los usuarios que sean más cautos y alejen el celular de los oídos y advierte: “también se debe evitar dormir con el celular prendido y cerca de la cama, pues la radiofrecuencia sigue emitiéndose”, asegura.
Entre las recomendaciones que realizan esta oncóloga y los especialistas en general, están: utilizar el “manos libres”, mantener el celular a una distancia de 40 centímetros del cuerpo, enviar mensajes en lugar de llamar, chequeos médicos que tengan que ver con la función auditiva y no exponerse a otros factores de riesgos.
Fernando Saraví, médico profesor en física biológica de la Universidad Nacional
de Cuyo y de la Escuela
de Medicina Nuclear, quien hizo un estudio piloto sobre celulares y salud en la Argentina analiza:
“Sería razonable que se demore la recomendación hasta que se cuente con
evidencias. Mientras duren esos estudios, la gente debería limitar lo más
posible el uso del celular. No es para matar el aburrimiento. Hay que evitar
las conversaciones extensas”.
¿Que es el SAR?
El “índice de absorción específica” (SAR) es la medición de energía de radiofrecuencia que nuestro cuerpo absorbe de nuestros teléfonos celulares. Una cifra menor implica menor exposición a la radiación y viceversa.
La legislación internacional, específicamente la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC), establece como requisito obligatorio para que un celular salga a la venta que el móvil tenga un valor SAR menor a 1,6 vatios por kilogramo.
Aunque todavía no existe una evidencia que vincule definitivamente un teléfono con mayor nivel de SAR con un riesgo para la salud, se recomienda buscar equipos con los menores valores posibles.
En
definitiva, la conclusión es que si bien hoy no hay nada comprobado, podría
haber algún riesgo y que, por lo tanto, tenemos que seguir estudiando y
vigilando de cerca el vínculo entre los celulares y el riesgo de cáncer.
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